jueves, 31 de julio de 2008

¡Juntos, para decir sí a la vida como servicio!

El viernes 25 de julio pasado celebramos con la Comunidad Santiago Apóstol, nuestra fiesta patronal.

Fue un encuentro fraterno, que comenzó con la Santa Eucaristía y concluyó compartiendo una rica torta. Dimos gracias a Nuestro Padre Dios por el testimonio de Santiago Apóstol, a quien no le pesó servir al Proyecto de Dios -el Reino- hasta dar su propia vida en martirio.

Hiciemos una profunda reflexión desde el testimonio de Santiago hasta nuestro sentido como misión Santiago Apóstol, encarnada en unos de los barrios más periféricos de la ciudad de Montevideo, donde apenas dos líneas de buses transitan y la criminalidad y violencia infanto-juvenil van en aumento. Donde muchas familias viven hacinadas en sus ranchos, en el que varias generaciones comparten el mismo techo en condiciones infrahumanas; y otras realidades que golpean y nos duelen mucho, como la violencia doméstica y el creciente consumo de drogas -pasta base-, que aniquila día a día a jóvenes cada vez más "niños".

Encarnados en esta realidad, con sus complejidades y desafíos, nos hemos comprometido a dar un testimonio de Misión Integral, que transforme desde dentro -como levadura en la masa- las tristezas en alegrías, las desesperanzas en esperanzas, las distancias en cercanías. Oramos nuestra realidad, agradeciendo a Dios los innumerables dones y beneficios que nos da en el día a día, los muchos gestos de hermanos y hermanas que nos apoyan y sostienen con su testimonio de mayordomía y oración.

Creemos que nuestra mejor forma de ser servidores de la vida, aquí en nuestro barrio, es el cuidarnos unos a otros. Sostenemos que el nuevo nombre del amor es el "cuidado fraterno", la corresponsabilidad de prójimos que asumimos como vocación bautismal. El testimonio de Santiago, quien compartió momentos claves en el seguimiento de Jesús, nos anima y convoca como horizonte, a renovar nuestros votos bautismales, asumiendo el compromiso de seguir a Jesús en Comunidades Servidoras de la Vida.

A todos y todas los hermanos que nos acompañaron, ¡gracias!

Que Dios reparta sus abundantes bendiciones a todos.

+Tito

lunes, 28 de julio de 2008

Transcripción del discurso dado por el Arzobispo de Canterbury en el Palacio de Lambeth

Buenos días a todos.

Y una muy, pero muy cálida bienvenida al Palacio de Lambeth. Estoy muy complacido de que hayan podido venir a nuestro modesto hogar.
Particularmente complacido por la solidaridad que ha sido mostrada en esta caminata matinal, que pienso ha sido una experiencia memorable. Y al igual que todos ustedes estoy seguro, estoy muy, pero muy agradecido por todos aquellos de otras Iglesias Cristianas y expresiones de fe que tan generosamente se han unido a nosotros esta mañana para testimoniar juntos.


Pero antes de entrar en reflexiones más profundas sobre dónde estamos y lo que esperamos hoy, quisiera presentarle a nuestro invitado de honor del día de hoy, el Primer Ministro del Reino Unido, Gordon Brown, una carta que he escrito expresando algunas cosas sobre la resolución de la Comunión Anglicana en el tema de las Metas para el Desarrollo del Milenio a la luz de muchos encuentros y resoluciones de los últimos años, que buscaron expresar nuestro compromiso con las metas que han sido definidas por los Gobiernos del mundo, metas que han sido generosa y fielmente apoyadas por el Primer Ministro y otros aquí, y que creemos hoy continuarán llevándolas adelante aún más. Primer ministro, en representación de todos nosotros... [la carta le es presentada].

Primer Ministro, invitados de honor, hermanos y hermanas. Una de las más grandes paradojas del mundo en el que vivimos, es que de muchas formas el mundo pareciera ser más pequeño de lo que siempre ha sido; y sin embargo las divisiones entre las personas del mundo son más grandes que las que siempre ha habido. Comunicaciones significa que ahora podemos saber inmediatamente acerca de los sufrimientos y necesidades de la gente en la otra parte del mundo, y aún así, la brecha sigue haciéndose más grande todo el tiempo. Cuando las Metas para el Desarrollo del Milenio fueron identificadas en el año del Milenio, y cuando tantos Gobiernos del mundo firmaron su adhesión a esa visión, fue un intento de salvar esas grandes distancias entre ricos y pobres, un intento de decir que el mundo puede tener un futuro común descansando en la justicia y la compasión. Fue el momento de reconocer que, a menos que abordemos estas grandes brechas que existen entre los seres humanos, no podemos esperar un futuro de estabilidad o bienestar para ninguno de nosotros.

Mientras el mundo se hace más pequeño, la verdad es que el sufrimiento y la necesidad de cualquiera en nuestra comunidad global serán, tarde o temprano, el sufrimiento y la necesidad de todos en nuestra comunidad global. Esto no es, y no debería ser, una sorpresa para aquellos de ustedes que afirman la Fe Cristiana, quienes por dos mil años han creído que cuando una parte del cuerpo sufre, todo sufre. Pero es también una visión compartida por muchas personas de Fe y compromiso a lo largo del mundo y a lo largo de nuestra propia tierra.

El evento de hoy no es un evento para nosotros, Anglicanos reunidos para la Conferencia de Lambeth. Hemos compartido parte del plan y la visión con otros grupos, como la red llamada “Desafío Miqueas”. Esta red internacional de Cristianos preocupados por temas del desarrollo descansa en la visión del profeta Miqueas en las escrituras Hebreas: ¿Qué es lo que el Señor requiere de ti? Practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con tu Dios.

Este es el desafío que hoy buscamos confrontar. Estamos comprometiéndonos a nosotros mismos, como Obispos, como creyentes Anglicanos, como personas de Fe a hacer justicia; esto es, a buscar sistemas en nuestro mundo que darán a cada persona lo que merece a los ojos de Dios. No lo que merecen a causa de su prosperidad o triunfo, sino lo que merecen porque fueron hechos a imagen de Dios y demandan nuestro respeto, nuestro amor y nuestro servicio sin que los estemos calificando. Esa es la justica. Debemos amar la misericordia. Debemos ser personas cuya compasión sea rápidamente conmovida por cualquier miembro de nuestra familia humana. Personas que sientan que si la compasión no se realiza y se comparte, todos nos volvemos menos humanos. Y debemos caminar humildemente con nuestro Dios. Debemos reconocer nuestras limitaciones. Debemos reconocer que todos dependemos de nuestro amor, un regalo, un compromiso de Dios, más grande que cualquier palabra pueda expresar, que es la energía que sostiene nuestra visión. Humildad, gratitud y esperanza vienen juntas en este reconocimiento. Este es el desafío, esto es lo que buscamos encarar hoy, esto es a lo que hoy decimos “sí” en nuestra reunión.

Y mientras invito al Primer Ministro a hablar, quisiera decir que somos agradecidamente conscientes de la forma en la que él y muchos en nuestro Gobierno han continuado en hacer de esta visión, que tiene el molde de Miqueas, una prioridad. Y esperamos que nuestro Gobierno mantenga la presión en otros Gobiernos del mundo para que estén al nivel del desafío que se les presenta. Sabemos que la sesión especial de las Naciones Unidas, en setiembre, será un momento crucial para reforzar la resolución de las naciones del mundo en alcanzar las Metas del Desarrollo del Milenio. Todos conocemos con pena, con gran pesar, qué lejos se ha deslizado la posibilidad de alcanzar esas metas, por todo tipo de circunstancias. Queremos desafiar a los líderes de nuestro mundo a que sean fieles a las promesas que hicieron: el compromiso con el pobre, el deseo de hacer justicia, amar la misericordia y caminar humildemente. Así que, Primer Ministro, le agradecemos muy, pero muy profundamente su deseo de estar con nosotros esta mañana. Esto significa, lo sé, un gran desafío para los que estamos reunidos aquí. Estamos agradecidos por el compromiso que usted ha consistentemente mostrado con las Metas del Desarrollo del Milenio. He sido privilegiado en conocer un poco de cuán personalmente usted siente estos desafíos, y cuánto su propia pasión es que estas cosas ocurran. Así que es con un muy gran placer y gratitud que lo invito a que se dirija a nosotros. Primer Ministro.


Todas las fotos en este post (c) Francisco J. Duque

Nota: esta es una traducción, realizada en nuestra Diócesis, del documento original en inglés, el cual puede ser obtenido en:

http://www.lambethconference.org/daily/news.cfm/2008/7/24/Keep-the-Promise

jueves, 24 de julio de 2008

Sermón dado por el Reverendo Duleep de Chickera, Obispo de Colombo (Sri Lanka) durante la Eucaristía en la Catedral de Canterbury, el Domingo 20

Esta mañana, estamos reunidos en esta impresionante, asombrosa, magnífica catedral como representantes de diversas naciones, diversas culturas, diversas lenguas. Y ciertamente como representantes de diversas denominaciones Cristianas y otras confesiones de fe.

Es este un momento gozoso y sagrado, y quisiera sugerir que hiciéramos una pausa en nuestra adoración para expresar nuestra gratitud a Dios por todos los que han sido responsables por ir conformando nuestra identidad Anglicana, por nutrir nuestra espiritualidad, y por colaborar en la formación de nuestra vida en común a lo largo de los siglos y en tantas partes del mundo.

En esta ocasión, el texto que tengo para nuestra reflexión corresponde al noveno verso del capítulo doce de la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios, un texto familiar para todos nosotros: “Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad.”

Aquí, Pablo está tanto confesando como proclamando, la paradoja de la gracia en el Evangelio Cristiano. Es a medida que vamos reconociendo y admitiendo cada vez más nuestra vulnerabilidad en la travesía de nuestro discipulado en Cristo y con Cristo, que recibimos gracia para ser, y transformarnos en fieles discípulos. Y quiero que tengan presente este texto porque es la idea que sustentará nuestro pensamiento a lo largo de esta reflexión. El reconocimiento de nuestra vulnerabilidad es lo que permite que el crecimiento en el discipulado Cristiano sea posible.

Hay dos realidades que nos rodean mientras nos reunimos como familia mundial de la Comunión Anglicana. Y quisiera que prestaran atención a ambas, sin las que nuestra conferencia y el camino que tenemos por delante perderán su sentido.

La primera es que el nuestro es un mundo roto y dividido. Se espera de los Obispos que traigan consigo, a la Conferencia de Lambeth, a sus diócesis; y aquellos Obispos cuyas diócesis se esfuerzan en ser fieles frente a los desafíos que este mundo de Dios nos presenta, inevitablemente traerán con ellas las luchas y el dolor, la injusticia, la maldad, la hostilidad que hombres y mujeres encuentran en el mundo de hoy. Es verdadero afirmar, por tanto, que Dios marca a la Iglesia una agenda desde la crisis del mundo. Así que, mis queridas hermanas y hermanos en Cristo, la Comunión Anglicana debe siempre dar la mayor prioridad a la invitación que Cristo nos hace a participar junto a Él en la transformación de este mundo de Dios. Traer sanidad, paz, justicia, reconciliación, vida abundante allí donde hay opresión, hostilidad, donde hay conflicto y división. Este concepto del mundo sufriente debe, a lo largo y después de esta conferencia, recibir la energía y espiritualidad de nuestra Iglesia. Ninguna otra prioridad puede competir por ese lugar. Dios nos ha llamado y ubicado en este mundo suyo para que podamos participar con Él en traer esta transformación.

La segunda realidad es la realidad de que somos una comunidad herida. Algunos de nosotros no están aquí, y eso es una indicación de que no todo está bien. Ciertamente la crisis es compleja. No es una crisis que pueda ser resuelta instantáneamente.

La travesía que tenemos por delante es ardua y larga. Un viaje que demandará nuestras oraciones, nuestra fidelidad, nuestra mutua confianza unos para con otros, y por supuesto, nuestra confianza en Dios, que hace posible la reconciliación.

Quisiera llevar vuestra atención a la parábola que se leyó en el Evangelio: las palabras del maestro fueron sabias palabras. Permitan que crezcan juntas.

No puede ni debe haber un “arrancar de raíz”, simplemente porque si intentamos jugar este juego de arrancar de raíz a los injustos, mis queridas hermanas y hermanos, ninguno de nosotros quedaría en pie. La sabiduría de estas palabras sugiere que debemos permanecer juntos porque venimos de una tierra en común, una tradición en común, una herencia en común. Somos lo que somos sin importar nuestras diferencias, a causa de nuestra vida en común y nuestros orígenes. La transformación se da en esta interacción y debe surgir desde dentro.

En Jafna, la región más al norte de la Diócesis de Colombo, una iglesia ha sido transformada en un centro para la paz y análisis de conflicto: Christ Church, Jafna. La iglesia ha sido renovada luego de varios períodos de bombardeo y metralla. Algo está emergiendo: un mandato, una agenda de paz y reconciliación en este lugar, pero hemos decidido que mantendremos las marcas y cicatrices de la guerra en las paredes de esta iglesia. La transformación viene desde dentro. Lo viejo se convierte gradualmente, mientras hombres y mujeres oran y hablan y dialogan, y hasta discrepan, pero constantemente traemos a la memoria que los discípulos de Jesús permanecen juntos, y viajan juntos.

Hay tres desafíos que quisiera dejar para nosotros mientras encaramos los objetivos de esta Conferencia de Lambeth: fortalecer nuestra identidad Anglicana, y posibilitar a los obispos para que sean líderes en la misión de Dios. Aquí van tres pensamientos que pueden contribuir tanto a la identidad como a la misión.

El primero es: nuestra comunión debe retornar a la disciplina y práctica del auto examen. Tenemos una rica tradición que sustenta esta disciplina: el retiro, el tiempo de calma, contemplación, meditación, consejeros espirituales, que realzan esta práctica y disciplina de hombres y mujeres que vienen a Dios en tranquilidad para evaluar y examinar sus vidas; la parábola de la viga y la paja. Cristo nos llama a no ser contemplativos con nosotros mismos y a considerarlo a Él como nuestra única medida y estándar. Así que nos detenemos y evaluamos nuestras vidas en relación a la completitud y abundancia de vida en Jesús. Y luego, cuando detectamos errores y defectos, trabajamos con el Espíritu para superar, para crecer, para llegar a ser hermosos y fieles a los ojos de Cristo. Recuerden, el estándar es siempre Cristo.

No es aquél obispo el que les está trayendo problemas. No es el otro archidiácono cuya teología siempre les irrita (y hay alguno así por allí). El auto análisis es posible en la travesía Cristiana mientras permanecemos desnudos ante Jesucristo.

El segundo desafío que quisiera dejarles, es uno que necesitamos resucitar y declarar una y otra vez, y es el desafío de la unidad en la diversidad. Mientras miro a mi alrededor y los veo, puedo apreciar esta hermosa unidad en la diversidad. Brevemente, cuando se administra el sacramento, labios de numerosos países, numerosas nacionalidades, numerosas culturas tocarán la misma copa. Estamos unidos a pesar del hecho de que somos diferentes, porque en Cristo somos iguales. Hay suficiente a nuestro alrededor si nadie es codicioso.

Aquí, mis queridas hermanas y hermanos, hay un atisbo de aquello a lo que la Iglesia está llamada a ser: una comunión inclusiva, donde haya espacio igualitario para todos y cada uno, sin importar el color, género, habilidad, orientación sexual. Unidad en la diversidad es una apreciada tradición Anglicana, una espiritualidad si prefieren, que debemos reforzar en toda humildad por el bien de Cristo y su Evangelio.

El tercer desafío que tengo para ustedes es el de la voz profética. Muchas veces la gente dice: “todo este hablar de la reconciliación no está completo hasta que no abordemos y tratemos la injusticia del mundo.” Así que la Comunión Anglicana debe articular esta voz profética sin importar en qué parte del mundo estemos sirviendo. Ahora, como muchos de ustedes deben ser conscientes, la voz profética tiene dos hebras, y es imperativo que estas hebras se mantengan juntas. La primera es que la voz profética es una voz por los que no tienen voz. Están aquellos que por razones políticas, culturales, económicas, militares, no puede hablar por sí mismos, o que si lo hacen, lo hacen a un riesgo muy alto. Así que la Comunión Anglicana debe hablar en su nombre, sea por la crisis en Sri Lanka, en Zimbabwe, Sudan, Afganistán o Irak.

A los que no tienen voz, se les debe dar voz a través del liderazgo de la Comunión Anglicana. La segunda hebra que va con una voz para los que no tienen voz, es el llamado a la responsabilidad de aquellos que abusan del poder: regímenes autoritarios que oprimen y reprimen a las personas. La voz profética realizará preguntas dolorosas y relevantes: “¿por qué?”, y a veces, “¿cómo te atreves?”

Otros dos comentarios acerca de la tradición profética; en cierto sentido, la voz profética es monótona. Se mantiene mientras el problema persista. Así que no se preocupen si no están diciendo nada nuevo. Incesante monotonía. Y la segunda característica es que no existe interés personal en la tradición profética. Hablamos por justicia y orden en el mundo de Dios, y hablamos por aquellos que no pueden hablar por sí mismos.

Quisiera concluir citando a uno de mis Arzobispos favoritos, el Arzobispo William Temple, quien una vez dijo: “La Iglesia es una institución que no vive para sí misma.” Mis queridas hermanas y hermanos, mientras nos vamos de este maravilloso retiro, a través de esta hermosa eucaristía, hacia la conferencia, aferrémonos a esta palabra. Porque aquí está el centro de la identidad Anglicana, y aquí está el centro de la espiritualidad Anglicana. No vivimos para nosotros mismos, y toda nuestra energía, todos nuestros dones están dirigidos para la vida abundante del otro.

Amen.

Nota: esta es una traducción, realizada en nuestra Diócesis, del documento original en inglés, el cual puede ser obtenido en:

http://www.lambethconference.org/daily/news.cfm/2008/7/20/ACNS4438

miércoles, 23 de julio de 2008

El Evangelio en el Barco... Notas de nuestro Obispo desde Lambeth

Siempre recordaré esta Conferencia de Lambeth como aquella en la que el Evangelio fue transportado en un barco. Pero antes de explicarles, permítanme decirles que ha sido un día glorioso. Esta mañana, pudimos disfrutar de una hora más de sueño, ya que “La Eucaristía a la que asisten los Obispos Anglicanos reunidos en la Conferencia de Lambeth, sus Esposas y Participantes Ecuménicos” comenzó a las 11 a.m. aunque los autobuses que nos llevan desde la Universidad hacia la Catedral comenzaron a partir de las 8:30 a.m.

El autobús nos dejó a unas 4 cuadras de la Catedral. En el camino nos topamos con una manifestación de un grupo fundamentalista con carteles que amenazaban con la eterna condenación si no nos arrepentíamos y nos uníamos a ellos.

Nos revestimos dentro de la cripta de la Catedral de Canterbury, donde los más de 600 obispos formaban una larga procesión púrpura hacia el interior de la Catedral. ¡Qué espectáculo! Cuando finalmente ingresamos a la Catedral, ya se había llenado con las esposas, invitados y dignatarios de gobierno.

Nunca como hoy, había visto tantos Vergers (ujieres) en acción. En realidad cumplieron muy bien su tarea y se aseguraron que cada uno de nosotros terminaba en el lugar correcto.

La música, a cargo del Coro de Canterbury y los Niños Coristas, estuvo maravillosa. Alcanzaron notas que ni siquiera sabía que existían. El Gloria in Excelsis se cantó en Latín, con una melodía Congolesa, acompañada de tambores. El coro cantó el Salmo 122, usando la tonada DAVOS, y la música de Bernadette Farrell (n. 1957). La primera lectura fue en Inglés, la Epístola en Coreano y el Evangelio… bueno, déjenme contarles acerca del Evangelio.

El diácono es bendecido por el Arzobispo y lleva el Evangelio desde el Altar Mayor. Mientras esto ocurre, los Hermanos y Hermanas de Melanesia traen danzando, el más grande y hermoso modelo de embarcación melanesia adornado bellísimamente. El Evangelio, con su brillante tapa dorada, es colocado dentro del barco, y los bailarines van desde el Altar Mayor hasta la Rosa de los Vientos, ubicada en el piso, frente al Altar Menor. Se movían ondulando, como si el barco mismo estuviera siendo movido por las aguas. Los bailarines vestían polleras de hierbas, similares a las que podemos ver en los Hawaianos. Debo decir que fue una experiencia tan profunda, tocó tanto mi alma, que me conmovió hasta las lágrimas. Fue por barco como llegó el Evangelio a Melanesia, llevado por los primeros misioneros Anglicanos. Ahora ellos traen de vuelta ese mismo Evangelio para ser leído en la Sede de Canterbury. La lectura del Evangelio fue realizada en Francés, idioma que se habla la región.

Uno de los puntos destacados del servicio fue el sermón predicado por el Obispo Duleep de Chickera, Obispo de Colombo, Sri Lanka. Realmente llegó a todos, al punto que la gente aplaudió vigorosamente cuando terminó. Voy a dar una breve reseña del contenido.

Comenzó diciendo que viene de un país con cuatro religiones: Budismo, Islam, Cristianismo y Cricket (de paso le recordó a los obispos el tradicional juego de cricket que tendrían la semana siguiente).

El resto del sermón fue más serio y profundo. Lamentó la ausencia de algunos obispos en esta Conferencia reconociendo los desafíos que tenemos por delante. También invitó a los obispos de la Comunión Anglicana a trabajar para resolver nuestras diferencias. Para lograr este objetivo realizó tres sugerencias.

Primero: debemos dejar de destinar tanto tiempo y esfuerzo en tratar de encontrar hasta la más diminuta falta en otros obispos, y que en cambio comencemos a concentrar nuestros esfuerzos en realizar un auto examen y reconocer nuestras grandes faltas.

Segundo: debemos reconocer que nuestra Comunión es muy extensa y diversa, como podemos apreciar mirando a nuestro alrededor a la gran cantidad de obispos de todo el mundo. El Obispo de Colombo dijo que hay lugar en este mundo para todos, sin importar la raza, género u orientación sexual. Debemos ser unificadores y no divisores.

Tercero: estamos llamados, como obispos, a ser proféticos y a ser la voz profética de los que no tienen voz, y de los que, si se animan a hablar, lo hacen a un muy alto precio.

Después del sermón y el Credo, la Intercesión que se usó proviene de la Eucaristía Escocesa, y se hizo en Hindi, Portugués, Japonés y Francés.

La Plegaria Eucarística fue realizada por el Arzobispo Williams y comenzó así (nuestra respuesta en cursiva):

Bwana awe nanyi
Awe pia nawe

Inueni mioyo yenu
Tunaiinua kwa Bwana

Tumushukuru Bwana Mungu wetu
Kutenda hivi ni vizuri na vema.

Es el Sursum Corda que realizamos siempre al comienzo de nuestra Eucaristía solo que en Swahili. El resto de la Plegaria Eucarística fue en Inglés, con la excepción de la aclamación de nuestro Misterio de Fe:

Kristo alikufa

Kristo Amefufuka
Kristo atakuja tena

El Padre Nuestro fue rezado en el idioma que cada uno prefirió y la comunión se realizó con gran eficiencia mediante varios puntos de distribución.

Luego de la Bendición y una serie de himnos, nos fuimos en procesión y volvimos a la Universidad de Kent. A decir verdad, lo único “oficial” esta tarde fue la orientación del programa. La Conferencia comienza el lunes. Lo que hemos estado haciendo desde el jueves es participar en el retiro de Obispos guiados por el Arzobispo Williams.

Hoy el día ha estado muy frío (otra vez). Espero y oro para que mañana esté más cálido. Quiero agradecerles sus oraciones. Me estoy sintiendo mucho mejor y Marta les envía su cariño a todos ustedes.

Bendiciones,

+Miguel

Todas las fotos en este post (c) The Anglican Communion

Último dia de retiro... Notas de nuestro Obispo desde Lambeth

Un nuevo día comienza y es hora de levantarse para asistir a la Eucaristía en “Big Top” (la gran carpa azul donde acontecen los grandes eventos). Hoy es el último de tres días de retiro, así que no nos juntamos en la Catedral de Canterbury, sino en “Big Top”. Después de la Eucaristía realizamos la acostumbrada larga fila para el desayuno y fuimos rápidamente a nuestro estudio bíblico. Debo decir que los pequeños grupos son lo mejor que Lambeth puede ofrecer. Todos los grupos de Estudio Bíblico están integrados por Obispos del más diverso trasfondo y la mayoría de nosotros tiene distintos puntos de vista teológicos, pero en Cristo nos volvemos uno y nos unimos como hermanos que desean servir al mismo Dios.

Los estudios bíblicos duran una hora y quince minutos y se desarrollan en uno de los muchos edificios de la Universidad de Kent. Desde allí, partimos rápidamente a la siguiente actividad en “Big Top” para la continuación del retiro, donde el Arzobispo de Canterbury desarrolló las cualidades del liderazgo de un obispo. Citando Hebreos 10, 19-25 remarcó que Jesús ha ido delante para prepararnos un lugar. Nos recordó que el liderazgo del obispo no está centrado en dar órdenes o tomar decisiones, aunque esto sea parte de lo que hacemos. Nuestro liderazgo es limpiar el camino para que otros puedan abrirse paso y tener posibilidad de llegar a la cruz y al arrepentimiento. Un obispo no debe perder de vista que la única manera en que cualquier Cristiano puede liderar, es siguiendo el camino de Jesús. Nuestro liderazgo como obispos consiste en discernir ese camino para nosotros y para los demás.

Estamos llamados, como iglesia, no a llevar a Jesús donde ya ha estado, sino a ir con Él a donde no estuvo antes; y para ello necesitamos discernimiento. Episkope es tanto comprender como supervisar. Cuando en el Camino a Damasco, San Pablo es sobrecogido por una luz cegadora y cae de su caballo, se aclara su comprensión de las cosas. Esa continua ceguera de San Pablo consiste en borrar las imágenes de la realidad para poder recibir la nueva visión que Dios da.

Cuando nos encontramos con Cristo, debemos pedir al Espíritu discernimiento acerca de adónde nos lleva ese camino. Debemos ser conscientes de que muchas veces Dios nos lleva a un nuevo método. Esto, por supuesto, puede crear ansiedad, pero debemos concentrarnos no en la ansiedad, sino en la esperanza.

Debemos orar buscando el regalo Cristiano del coraje, para encontrar nuevas formas de ministrar. Muchos se preguntan, ¿es esto Anglicano? Preguntemos primero si es parte del nuevo camino que Jesús nos indica. Si ustedes sienten que no es Anglicano, entonces transfórmenlo en Anglicano mediante su presencia, su oración y su compromiso. Tomen como ejemplo la fresca perspectiva de la vida de la iglesia mientras exploramos nuevos caminos y métodos de ministrar. No se concentren en la ansiedad y la incertidumbre. No tengan miedo a fallar. Si fallamos, lo hacemos en la Esperanza de Cristo. Concentrémonos no en la incertidumbre, sino en las posibilidades de Dios.

Para finalizar este retiro fuimos invitados por el Arzobispo Williams a seguir a Cristo, pues es el único que podemos seguir cuando caemos; solo cuando aprendemos es que estamos en condiciones de enseñar. Pidió todas nuestras oraciones para que Cristo pueda liderarnos en los días por venir. Nos dijo que no sabe dónde terminaremos cuando esta Conferencia finalice. Pero debemos estar seguros de saber que Jesús nos está llamando a ir, y que ese camino es el camino de la cruz, el único que nos lleva al Padre. Tenemos por delante un desafío y una esperanza. Debo decir que las meditaciones del Arzobispo han sido bien recibidas por los obispos y nos han tocado profundamente. Quizás no es lo que la “extrema derecha” o la “extrema izquierda” quieren oír, pero es un llamado a la misión, un llamado a explorar nuevos caminos, un llamado a estar deseosos de llegar a un mundo que necesita nuestra presencia. Un llamado al amor y no al odio, a construir y no a destruir, un llamado a escucharnos unos a otros y volver a una ética Anglicana original. Espero que quienes están en ambos extremos estén en condiciones de escuchar al Arzobispo de Canterbury y estén deseosos de ser fieles a lo que el verdadero Anglicanismo es.

Misa Vespertina

Esta tarde, a las 17 horas, celebramos la fiesta de San Gregorio de Nisa y Santa Macrina, maestros de la fe en los años 394 y 379. El Revmo. Drexel Gómez, Primado de la Iglesia en la Provincia de las Indias Occidentales, Presidente de la Comisión de Asuntos Inter Anglicanos en Relaciones Ecuménicas (IASCER por sus siglas en inglés) presidió la celebración. El Arzobispo de Canterbury dio la bienvenida a los representantes ecuménicos.

El Arzobispo dio la bienvenida a todos los que asistieron. Por lo que me han dicho, de las últimas tres conferencias es la que más representantes ha tenido. Es, sin duda, testimonio del apoyo y respaldo a nuestro Arzobispo en medio de tantas voces discordantes y destructivas que han amenazado la Sede de San Agustín tratando de usurpar lo que no les corresponde. Su Gracia, el Reverendísimo y Muy Honorable Doctor Rowan Williams, Arzobispo de Canterbury y Metropolitano, Primado de Toda Inglaterra y como lo llama Bartolomé, Arzobispo de Constantinopla, Nueva Roma y Patriarca Ecuménico, “muy amado hermano en Cristo nuestro Señor.”

Citando a Bartolomé en su carta a la Conferencia de Lambeth: “Viviendo como estamos en una era de ansiedad, en un tiempo de rápidos cambios y agudas controversias, suele ser difícil para nosotros, como obispos, ejercer nuestra diakonia en un modo conciliador. Con todo nuestro corazón, nosotros los Ortodoxos oramos para que la presente Conferencia de Lambeth pruebe ser un concilio de reconciliación y unidad, una ocasión para decir la verdad en sinceridad y sin compromisos, y también una ocasión para decir la verdad en amor.”

El Santo Padre, el Papa en Roma también extendió un cordial saludo al Arzobispo y los Obispos de la Comunión Anglicana por la XIV Conferencia de Lambeth. Su Santidad envió una delegación con el Cardenal Walter Kasper, Presidente de la Comisión Pontificia para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, con la participación del Cardenal Cormac Murphy-O’Connor, Arzobispo de Westminster, como señal del hecho concreto de que juntos peregrinamos hacia la meta de la unidad que el Señor desea para sus discípulos.

Se hicieron presentes representantes y enviaron cartas de saludos y apoyo también de Alexis, Patriarca de Moscú y toda la Rusia; Daniel, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rumana; de la Santa Iglesia de Chipre; Ieronimos, Arzobispo de Atenas y toda Grecia; Karekin II, Supremo Patriarca y Catholicos de todos los Armenios; Ignatius Zakka I, Patriarca de Antioquía y todo el Este, Suprema Cabeza de la Iglesia Ortodoxa Universal Siria; Aram I, Catholicos de Cilicia; Khanania Mardinkha IV, Patriarca-Catholicos de la Iglesia Asiria del Este; el Rev. Dr. Samuel Kobia, Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias; el Rev. Dr. Iswhamael Noko, Secretario General de la Federación Luterana Mundial; el Rev. Dr. John Barrett, Presidente del Consejo Metodista Mundial; los Reverendos Clifton Kirkpatric y Setri Nyomi, de la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas; David Coffey, Presidente de la Alianza Bautista Mundial; Angelene Swart, Presidenta de la Junta Unida de la Unitas Fratrum (Iglesia Morava); el General Shaw Clifton, Líder mundial del Ejército de Salvación; el Obispo James D. Leggett, Superintendente General de la Santa Iglesia Pentecostal Internacional; John Graz, Director de la Iglesia Adventista del Séptimo Día; el Dr. Joris A. O. L. Vercammen, Arzobispo de Utrecht, Viejos Católicos; Arzobispo Anders Wejryd, Arzobispo de Upsala, Iglesia de Suecia; el Rev. Olav Skjevesland, Obispo de la Iglesia de Noruega; Karl Sigurbjornsson, Obispo de Islandia; el Obispo Mark S. Hanson, Primado de la Iglesia Evangélica Luterana en Norteamérica; la Rev. Susan Johnson, Obispo Nacional de la Iglesia Evangélica Luterana en Canadá, y muchos más.

Se preguntarán por qué estoy nombrando a tantas personas e iglesias, y debo decir que es para resaltar el fuerte apoyo que el Arzobispo Williams y esta Conferencia de Lambeth están recibiendo del resto de la Cristiandad.

Es casi medianoche, y debo ir a descansar y prepararme para la Apertura Oficial de la Conferencia de Lambeth, en la Catedral de Canterbury. Los Obispos y sus Esposas debemos ir con la identificación que se nos proporcionó el día de hoy. Los Obispos iremos en procesión con nuestras vestimentas más tradicionales, por lo que promete ser todo un espectáculo como solo los Anglicanos sabemos hacer.

Espero no haberlos aburrido con tantos nombres e información, pero quería que pudieran sentir el apoyo que estamos teniendo y las bendiciones que estamos recibiendo. Por favor, sepan que los obispos presentes estamos siendo fortalecidos en nuestra vida espiritual y creciendo en el conocimiento y el amor de Dios.

Bendiciones,

+Miguel

Todas las fotos en este post (c) The Anglican Communion

martes, 22 de julio de 2008

Frotando las narices... Notas de nuestro Obispo desde Lambeth

Ayer comentaba acerca de las muchas maneras de decir “Hola” que tienen los Obispos de distintas partes del mundo, pero debo confesar que es necesario hacer una corrección a mi reporte. Cuando dije que una de ellas es apoyar las frentes una contra otra, estaba equivocado. En realidad es lo que parece a la distancia, pero esta mañana, mientras estaba haciendo cola en la larga fila del desayuno, quedé cerca del Obispo de Perth y le pregunté por ésta costumbre. Me aclaró que es una costumbre Maorí, de los aborígenes de Nueva Zelandia, y se llama “Te Hongi” o “Hongi”. No es como la costumbre esquimal, sino que simplemente tocan la punta de su nariz u ocasionalmente un lado primero, y luego el otro. El Obispo de Perth mencionó que la idea es sentir la respiración de la otra persona, y viceversa, para recordar que hemos sido creados por el mismo Dios, y que sin importar las diferencias que podamos tener, hemos sido creados con el mismo aliento divino que compartimos. Creo que los Maorís de Nueva Zelandia están muy acertados en esto. Nuestros alientos no son ricos o pobres, blancos, negros o marrones, no importa de qué parte del planeta venimos, el aliento es el mismo sin importar el idioma que hablemos. Verdaderamente es un buen recordatorio para nosotros, Obispos en Lambeth, de comenzar a sentir nuestros alientos y comprender que servimos al mismo Cristo, y dejar de demonizarnos unos a otros.

Es asombrosa la cantidad de Obispos que han declarado a la prensa que no vendrían, pero pareciera que reconsideraron su ausencia y aquí están. Podrán estar de acuerdo o no con el Arzobispo de Canterbury, pero aquí están. No me refiero solamente a los conservadores, que habían expresado su intención de no venir y boicotear la Conferencia, pero que al final reconocieron que hay un solo Arzobispo de Canterbury, y que las otras imitaciones no son lo suficientemente buenas. También algunos liberales, que declararon su ausencia terminaron reconsiderando su decisión, y terminamos teniendo una Conferencia de Lambeth mayor que la que habíamos participado con Marta.

El viernes, después del estudio bíblico y de oración, volvimos a la Catedral de Canterbury donde el Arzobispo estaba con todas sus luces. Tocó algunos puntos que me llegaron profundamente.

Dijo que la imagen de los Apóstoles en el Nuevo Testamento, es la de una persona que está viajando constantemente, y siempre en el camino. Las personas itinerantes tienen que adaptarse y aprender distintos idiomas. El Obispo necesita hablar en nombre de Dios, y ser capaz de conocer profundamente el lenguaje de Dios, pero también el de la gente. El Obispo se transforma en un lingüista, cuando aprende el lenguaje de Dios reconociendo los matices, y comienza a entender lo que está bajo la superficie.

Nos recordó a San Pablo, cuando fue tirado de su caballo, para que pudiera aprender el lenguaje de Cristo, y terminó siendo considerado un tonto entre aquellos que antes le llamaron sabio. Fue un apóstol, como lo somos los Obispos, pero debió aprender un nuevo lenguaje. Lo aprendió, y declaró que él se debía a todos.

Habló de la distinción existente entre una persona religiosa, que conoce el lenguaje y las costumbres de la iglesia, donde todo es familiar y en cierta forma tranquilo, de la persona de fe, que lucha por el futuro con temor y temblor, ansiando confiar en Dios en el medio de lo desconocido.

Por la tarde, el Arzobispo de Canterbury comenzó citando la declaración de Tertuliano, de que un Cristiano solitario no es un Cristiano. Dijo que un Obispo solitario no es un Apóstol; un discípulo solitario no es un discípulo. Nosotros, como Obispos, no presidimos ramas locales de una gran corporación. Somos más bien células del mismo cuerpo, y es por esto que una ruptura en la comunión es tan dolorosa.

La oración común que es fiel a nuestra identidad Anglicana, consiste en ser fieles unos con los otros en el compartir de nuestro ministerio Episcopal colegiado.

Nos llamó a restaurar la confidencia unos con otros, y a darnos cuenta de que si en alguna forma somos una comunidad de Obispos, estamos aquí para trabajar nuestras diferencias. Nos sugirió que cada Obispo debería buscar a algún otro con el que tengamos cierto recelo, o que nos inquiete, y lo invitemos a orar con nosotros. Es el modelo de cómo debería ser la Iglesia y la vida del Obispo.

Siento que hoy el Arzobispo nos desafió a buscar la reconciliación sin sentir que nos estamos traicionando a nosotros mismos. Es un excelente orador, y se puede sentir el poder del Espíritu cuando les habla a los Obispos.

Por favor, continúen orando por todos los Obispos y sus esposas durante la Conferencia de Lambeth.

Bendiciones,

+Miguel

Todas las fotos en este post (c) The Anglican Communion

lunes, 21 de julio de 2008

Las muchas formas de decir "Hola"... Notas de nuestro Obispo desde Lambeth

En estos dos días me fue recordada las muchas maneras que existen en este planeta de decir “Hola”. Estreché las manos con Británicos, Norteamericanos, Canadienses y Australianos; el Obispo de España y varios Obispos francófonos de África me saludaron con un beso en cada mejilla; me incliné muchas veces ante los Obispos Japoneses; recibí muchos abrazos, algo que los Uruguayos conocemos muy bien; muchos de estos abrazos podrían parecer demasiado emocionales y hasta románticos a los ojos no acostumbrados de hermanos del hemisferio Norte, aunque es lo más normal en otras culturas. Y aún en otras, no solo se abrazan y besan, sino que para finalizar el ritual juntan sus frentes como signo de amistad.

De los asistentes a la Conferencia de Lambeth, aproximadamente dos tercios de los Obispos están participando por primera vez. Algunos de ellos están en su segunda Conferencia. Solo un Obispo y su esposa están participando por cuarta vez.

La Conferencia comenzó extraoficialmente la noche del miércoles, donde cerca de 650 Obispos de todo el mundo se hicieron presentes. Debo decir que la mayoría de los Obispos son de África y de otros continentes del tercer mundo. Nos han dado equipos de traducción para el audio, con 8 idiomas diferentes del mundo, incluyendo el Español. La Conferencia tendrá la apertura oficial, muy formal, el Domingo, donde todos los Obispos entrarán en procesión a la Catedral de Canterbury, usando las sotanas púrpuras.

Dentro de la carpa del encuentro, llamada Big Top, el ambiente es cálido, y al salir, quienes están acostumbrados a los climas más cálidos, sienten el frío. Es fácil identificar de qué parte del mundo vienen los Obispos y sus esposas. Cuanto más cerca del Ecuador, más frío se siente en este clima del sureste británico, aunque algunos de quienes viven aquí están de manga corta.

El jueves por la mañana estuvimos nuevamente en “Big Top” para la celebración de la Eucaristía. Fue una experiencia maravillosa, con cientos y cientos de hermanas y hermanos de toda la Comunión Anglicana. ¡Qué hermosa música se produjo, no sólo proveniente del coro, sino también de la asamblea de fieles!

También comenzamos con nuestros estudios bíblicos y de oración, reunidos en grupos de 8 ó 9 Obispos. Comenzamos a estudiar el Evangelio de Juan, con un comentario que el Equipo de Estudio Bíblico desarrolló a lo largo de dos años. El equipo estuvo integrado por teólogos y biblistas de diferentes países y seminarios de Estados Unidos, Inglaterra, Tanzania, Sudáfrica, Congo y Nueva Zelandia.

Es para mí un privilegio poder compartir el grupo de estudio bíblico y oración con los Obispos Alvarez (Puerto Rico), Carranza (Los Angeles), Garrison (Nueva York Occidental), Goldsworthy (Australia), Langrish (Exeter), O’Neill (Colorado), Prandes (Cuba), Venables (Argentina) y Frade (Florida Suroriental). Espero poder desarrollar un mayor acercamiento con estos hermanos Obispos, mientras nos embarcamos en nuestra travesía espiritual conjunta hasta principios de Agosto.

Después de nuestros estudios bíblicos y de oración, nos apresuramos a formar fila y debimos esperar cerca de 20 minutos, cuando una llovizna comenzó a caer. Rápidamente abrimos nuestros paraguas, pero fue realmente interesante el ver como algunos Obispos del Reino Unido los mantuvieron cerrados porque, a su entender, esa pequeña llovizna no lo ameritaba.

Finalmente llegamos a los autobuses que nos llevarían a la Catedral de Canterbury para el retiro de 3 días que termina el sábado. La Catedral de Canterbury estaba cerrada al público, lo que entristeció a algunos turistas y peregrinos, pero puedo entender que albergar cientos de Obispos bajo el mismo techo, era más que suficiente para el staff del lugar.

El Arzobispo de Canterbury dirigió las meditaciones que estuvieron acompañadas de tiempos libres de silencio y meditación. La Catedral de Canterbury es, de por sí, un lugar profundamente espiritual que contiene mucha historia. Es la sede del Arzobispo de Canterbury como Primado de toda Inglaterra, Obispo Diocesano de Canterbury así como Primus iter pares de todos los Obispos de la Comunión Anglicana. Ha sido un lugar de adoración Cristiana por casi 1700 años. Aquí es donde San Agustín y sus compañeros de misión se instalaron para comenzar su trabajo de traer nuevamente el Cristianismo a Inglaterra. Es también el lugar donde, el 29 de diciembre de 1170, San Thomas Becket fue asesinado por cuatro caballeros que tomaron la famosa exclamación del Rey Enrique II como una orden: “¿No habrá nadie capaz de librarme de este humilde sacerdote?”. La Catedral es también famosa por “Los Cuentos de Canterbury”, de Geoffrey Chaucer, que relata las historias de muchos peregrinos que visitaron el lugar donde Becket fue asesinado.

El Arzobispo nos recordó nuestro gran llamado a ser Pastores de nuestro rebaño. “Debemos ser signo de unidad de una nueva humanidad y no presidentes exhaustos de un sinfín de comisiones.” Debemos ocuparnos de la iglesia siguiendo el ejemplo de San Pablo, tal como lo expresa en 2 Corintios 11, 28.

El Arzobispo enfatizó que “los Obispos están llamados también a proclamar la justicia y recordar a su gente que la muerte de un niño en Myanmar o en Africa, nos disminuye a cada uno de nosostros en nuestros países. Cristo nos invita a responder a aquellos menos afortunados que nosotros.”

Espero que llegue el viernes para continuar nuestro retiro en la Catedral de Canterbury junto al Arzobispo, y a adorar una vez más dentro del “Big Top”, así como a continuar nuestros estudios bíblicos y de oración.

Bendiciones

+Miguel

jueves, 17 de julio de 2008

Noticias desde la Misión Santiago Apóstol, Colón


Desde hace unos meses hemos comenzado una nueva etapa en nuestro Centro Comunitario Santiago Apóstol, con la reconversión de nuestro Centro CAIF Creciendo.

Veníamos trabajando desde febrero de 2004, bajo la modalidad de talleres semanales con los niños y sus familias. Desde este año, pasamos a ser un Centro de modalidad diaria, atendiendo a 118 niños y niñas de nuestra comunidad.

El equipo se ha enriquecido con nuevos aportes técnicos, con mucha fuerza y esperanza, con el único compromiso de acompañar, sostener y dignificar la vida de todos estos niños y niñas junto a sus familias. La tarea de todos los días es exigente y cansadora, pero nos llena el corazón de satisfacción los abrazos, las sonrisas y las atenciones que los niños y niñas nos regalan diariamente.

A nivel edilicio aún seguimos pensando cómo mejorar y ampliar nuestro servicio. Ahora estamos abocados a la compra de sillitas, mesas y juegos de exterior. Necesitamos urgentemente conseguir una cocina semi-industrial; ahora hacemos lo mejor que podemos. Pocha, la auxiliar de cocina, va muy temprano en la mañana, pues el tiempo no le da con la cocina que tenemos. También necesitamos ollas de 25 y 30 litros que, junto con la cocina, harían mucho más ligera la preparación de las ingestas de los niños. Si alguno de ustedes nos puede ayudar, lo pueden hacer por medio de este blog, o conectarse con la Oficina Diocesana.

Estamos preparándonos para celebrar este viernes 25 de julio, la fiesta de Santiago Apóstol, nuestro Santo Patrono. Los esperamos a todos. Juntos demos gracias a nuestro Dios que nos eligió para compartir su sueño del Reino. Deo Gratia.

martes, 15 de julio de 2008

Noticias desde la Misión San Pablo, Progreso

Próximamente estará en funcionamiento el CAIF "Los Granjeritos" de Villa Felicidad, en la ciudad de Progreso. La inauguración está prevista para la segunda quincena de agosto.

La función del plan CAIF (Centro de Atención Integral a la Familia) es acompañar a las familias más carenciadas de barrios pobres. A través del mismo los niños/as reciben, educación, alimentación, estimulación oportuna e información, mientras que como familias inician un proceso de inclusión social. Para esto se conformó un equipo de trabajo que cuenta con Maestra de Educación Inicial, Psicólogo, Trabajador Social, Educadores, Psicomotricista, Cocinera y Auxiliar de Cocina.

En Villa Felicidad la propuesta del plan CAIF está siendo gestionada por nuestra Iglesia. A través de este centro, 118 niños/as y sus familias, de las 2000 personas que viven en la Villa, serán atendidos directamente por la misión San Pablo.

Son muchos los preparativos necesarios para la inauguración y el equipo viene trabajando con mucho entusiasmo junto a toda la COMUNIDAD. Se está reformando y poniendo a punto la casa donde funcionará el centro a la vez que se sigue entrevistando a las familias que se vincularán directamente con sus hijos al CAIF. El cansancio es mucho, pero el esfuerzo vale la pena, pues se ha logrado que el involucramiento y la participación sean muy amplios en toda la comunidad.

Hoy contamos con un notable equipo de técnicos, que han hecho una excelente labor registrando las inscripciones de los 118 niños, cuyas edades van de 0 a 4 años.

Damos gracias a Dios por la oportunidad de seguir realizando la MISION INTEGRAL que forma parte de nuestra identidad Anglicana uruguaya.

lunes, 14 de julio de 2008

Noticias de nuestro Obispo desde Escocia

Nuestro Obispo Miguel Tamayo pudo participar ayer de un domingo muy activo en Escocia, donde recibieron la hospitalidad de la Iglesia allí junto a Obispos de Estados Unidos, Canadá y Brasil. En la mañana predicó en la iglesia de San Ninian y por la tarde asistió a una oración vespertina cantada, donde pudo disfrutar la inspiradora música del coro.

A un día de la Conferencia de Lambeth, ya se encuentra en camino. Continuamos orando por su salud y pidiendo a Dios que lo siga sosteniendo en los días que vienen.

En los próximos días iremos publicando las noticias y comentarios que nos envíe desde Lambeth.

viernes, 11 de julio de 2008

Respuesta del Arzobispo de Canterbury a la Declaración de Jerusalén

Lunes 30 de junio de 2008

El Arzobispo de Canterbury, Dr. Rowan Williams, ha respondido a la Declaración final de la Conferencia para el Futuro Global Anglicano con el siguiente comunicado:

La Declaración Final de GAFCON reunida en el Jordán y Jerusalén contiene mucho de positivo y alentador acerca de las prioridades de aquellos que se reunieron a orar y peregrinar en la pasada semana. Los “principios de ortodoxia” detallados en el documento serán aceptables y compartidos por la gran mayoría de los Anglicanos en cada provincia, pese a que puedan existir diferencias de énfasis y perspectiva en algunos puntos. Estoy de acuerdo en que la Comunión necesita estar unida en sus compromisos en estos puntos, y no tengo dudas de que la Conferencia de Lambeth deseará afirmar todos estos aspectos positivos de las deliberaciones de GAFCON. Pese al clamor de algunos, la convicción en la unicidad de Jesucristo como Señor y Dios y el imperativo absoluto del evangelismo, no están bajo discusión en la vida en común de la Comunión.

Sin embargo, las propuestas que realiza GAFCON para el camino que tenemos por delante, son problemáticas desde todo punto de vista, e insto a todos aquellos que las han delineado, a que piensen muy seriamente sobre los riesgos que conllevan.

Un “Concilio de Primados” que consiste únicamente en un grupo auto-elegido de Primados de la Comunión, no sorteará el test de legitimidad para todos en la Comunión. Y cualquier reclamo de tener libertad de operar más allá de los límites provinciales estará lleno de dificultades, teológicas y prácticas; teológicas debido al compromiso histórico del mutuo reconocimiento de los ministerios en la Comunión, y prácticas por la obvia presión de ejercer la autoridad episcopal o de primacía a través de enormes regiones geográficas y culturales.

Dos preguntas surgen a la vez acerca de lo que se ha propuesto. ¿Con qué autoridad pueden los Primados ser considerados miembros aceptables o inaceptables de cualquier nuevo concilio de primados? ¿Y cómo se aplicará efectivamente la disciplina en situaciones de superposición de competencia jurisdiccional?

Nadie debería imputar motivos maliciosos o egoístas a aquellos que han ofrecido cuidado pastoral a congregaciones de otras provincias; estas acciones, sin importar cómo las juzguemos, surgen de una preocupación pastoral y espiritual. Pero una pregunta ha sido realizada una y otra vez, al punto de convertirse actualmente en un reclamo muy serio: ¿cómo puede un obispo o primado, en otro continente, estar capacitado para discriminar efectivamente entre una genuina crisis de relación pastoral e integridad teológica, y una situación en la que subyacen motivos no teológicos? Hemos presenciado situaciones de intervención en diócesis donde el liderazgo es incuestionablemente ortodoxo, simplemente debido a dificultades locales de naturaleza personal o administrativa. También hemos visto instancias en las que clérigos han sido disciplinados por comportamiento escandaloso en una jurisdicción, y han sido aceptadas en otra, aparentemente sin el debido proceso. Algunas otras iglesias Cristianas tienen experiencias infelices en este sentido, por lo que debe ser encarado honestamente.

No es suficiente con desechar las estructuras existentes en la Comunión. Si no están funcionando efectivamente, el desafío es a renovarlas más que a improvisar soluciones que puedan parecer efectivas a corto plazo, pero que continuarán creando más problemas de los que solucionan.

Este desafío es uno de los focos más significativos de la próxima Conferencia de Lambeth. Uno de sus más claros objetivos es restaurar la profunda confianza en nuestra identidad Anglicana. Y esta tarea requiere que hagan su parte todos los que se preocupan tan profundamente por el futuro del Anglicanismo, como los autores de la Declaración sostienen que hacen.

El término “colonialismo” ha sido usado libre de patrones existentes. Nadie desea mirar hacia atrás, al legado colonial, con complacencia. Pero emerger del legado del colonialismo debe significar una nueva co-operación de iguales, no una simple inversión de poderes. Si aquellos que hablan por GAFCON desean compartir en un genuino renacer de todos nuestros patrones de refexión y toma de decisiones en la Comunión, son bienvenidos, especialmente para ir dando forma a un Pacto efectivo para nuestro futuro juntos.

Creo que es erróneo asumir que estamos tan apartados que todos los que estén fuera de la red GAFCON están, simplemente, proclamando otro evangelio. Este no es el caso; no es la experiencia de millones de Anglicanos en cada provincia, fieles y con su foco en la Biblia. Lo que sí es verdad es que a ambos lados de nuestras controversias abundan los eslóganes, representaciones desdibujadas y caricaturas. Y deben ser desafiadas en el nombre del respeto y la paciencia que nos debemos unos a otros en Cristo Jesús.

He dicho en el pasado, a algunos en la Comunión que se llamarían a sí mismos radicales, las palabras del Apóstol en I Cor 11, 33: “espérense unos a otros”. Diría lo mismo a aquellos en cuyo nombre esta Declaración ha sido hecha. La impaciencia a toda costa para limpiar el terreno del Señor de la mala hierba que pueda aparecer entre los signos de vida verdadera (Mt 13, 29) pondrá en riesgo nuestra claridad y efectividad en comunicar precisamente esas verdades evangélicas y católicas que la Declaración de GAFCON realiza.

© Rowan Williams

Nota: esta es una traducción, realizada en nuestra Diócesis, del documento original en inglés, el cual puede ser obtenido en:

http://www.archbishopofcanterbury.org/1871




miércoles, 9 de julio de 2008

Carta Pastoral de nuestro Obispo Miguel Tamayo antes de la Conferencia de Lambeth

A todo el pueblo, clérigos y laicos de la Diócesis del Uruguay,

Gracia y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Como es de conocimiento general durante los dias 22 al 29 de Junio p.p. sesionó en Jerusalem un grupo bajo el nombre de Conferencia Global del Futuro Anglicano (GAFCON en inglés), en la cual la provincia del Cono Sur de América estuvo presente y nuestro primado fue uno de sus oradores principales y líderes de la misma.

En esa reunión se recordó que nuestra Provincia rompió sus relaciones de Comunión con la Iglesia Episcopal en los Estados Unidos de América y con la Iglesia Anglicana del Canadá, decisión con la cual nuestra diócesis no estuvo de acuerdo y asi lo hicimos saber votando en contra de tal propuesta en el Sínodo Provincial.

Semanas después, nuestro Sínodo Diocesano acordó mantener las relaciones de compañerismo con esas y todas las Iglesias conque las que hasta ahora las habíamos mantenido pues, fieles a Cristo que oró por la unidad (San Juan cap 17) y a la doctrina de los Apostoles, (Efesios 4:1-3) no estamos a favor del cisma, la división, la desunión, y el enfrentamiento entre hermanos.

Ahora tristemente en la reunión de Jerusalem se establece que:

"A la vez que reconocemos el carácter histórico de la sede de Canterbury, no aceptamos que la identidad Anglicana se determine necesariamente por el reconocimiento por parte del Arzobispo de Canterbury."

Esto constituye una flagrante e inadmisible violación de nuestra Constitución Diocesana y Provincial que dice:

Cánones Diocesanos - Iglesia Anglicana del Uruguay
IV La Diócesis Anglicana de Uruguay es una rama dentro de la Iglesia de Jesucristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica, formando parte de la Iglesia Anglicana del Cono Sur de América, que conjuntamente con las demás Iglesias que reconocen a la Sede de Cantebury como Primada, forman la Comunión Anglicana, así como con otras que se hallan en comunión con ésta.

Cánones Provinciales
..................... (nombra las provincias.).. reunidos en Asamblea acordamos constituir nuestras Diócesis en la Iglesia Anglicana del Cono Sur de América, como una Provincia en plena comunión con la sede Cantórbery y las Iglesias de la Comunión Anglicana;
.............. y mantiene su unidad eclesiástica con las Diócesis y Provincias legitimamente constituídas y que están en comunión con la sede de Cantórbery.

Los obispos en GAFCON aseguran además que

"la Conferencia de Lambeth ha sido estructurada de tal modo de evitar cualquier decisión difícil. Solo podemos llegar a la devastadora conclusión de que “somos una Comunión global con una estructura colonial”.

Lo cual, como miembro del Grupo de Diseño de tal Conferencia aseguro que no es cierto, sino que por el contrario se han realizado los más grandes esfuerzos para que los obispos reunidos en Lambeth podamos, compartiendo con sinceridad nuestras experiencias, que pueden ser diferentes, en la misión de la Iglesia en los lugares donde Dios nos ha colocado, podamos salir renovados para seguir adelante en el cumplimiento de la misma.

Exhorto a la diócesis a mantenernos unidos en torno al obispo diocesano y junto a Rowan, Arzobispo de Canterbury, y líder espiritual, por mantener unida a la Comunión Anglicana.

Que Dios en su misericordia se apiade de nuestra amada Iglesia, perdone nuestras desdichadas divisiones, y le de la fuerza de su Espíritu para cumplir la misión que nos ha encomendado, unidad y paz.

fielmente,

+Miguel

lunes, 7 de julio de 2008

Cumpleaños de nuestro Obispo


El sábado 5 fue el cumpleaños de nuestro Obispo Miguel Tamayo, quien se encuentra en Cuba pronto para partir hacia la Conferencia de Lambeth.

Nuestro más cálido deseo de felicidad y bendiciones en su ministerio, a lo largo de este nuevo año que comienza.

Damos gracias a Dios por el regalo de su presencia entre nosotros.

Felicidades!!!

viernes, 4 de julio de 2008

Bienvenidos...

Bienvenidos a este espacio de la Iglesia Anglicana del Uruguay. Queremos compartir con ustedes, a la luz de nuestra fe en Jesucristo, la vida de nuestra querida Iglesia. Nuestras esperanzas y anhelos, nuestras alegrías y tristezas. Lo hacemos desde nuestra identidad Anglicana uruguaya. Somos una Diócesis de la Provincia del Cono Sur de América, una de las 38 provincias que conforman la Comunión Anglicana, y por tanto estamos en comunión con el Arzobispo de Canterbury.

De a poco iremos subiendo información sobre las distintas actividades que se desarrollan en nuestra Diócesis.

Mientras tanto, nos mantenemos en oración por nuestro Obispo Miguel, quien ha viajado para participar de la Conferencia de Lambeth. Conferencia que reúne a los Arzobispos y Obispos Anglicanos de todo el mundo y es convocada por el Arzobispo de Canterbury, aproximadamente cada diez años.